Pedro Gómez: el Ferrari de los plumas
Considerado el «Santo Grial» de malotes y bakaleros de los 90, los plumíferos que «el Rey (Juan Carlos) usaba en Baqueira» pasaron a ser moneda de cambio en tratos, símbolo de poder, objeto de robos y la cosa más hortera que podías tener por 80.000 (o más) pesetas.